Los minerales y cristales no solo destacan por su belleza natural, sino también por su energía sutil. Ya sea que los utilices para decoración, meditación, protección o como parte de tu joyería personal, es fundamental conocer cómo cuidarlos correctamente. Así como los seres vivos, los minerales también “se cargan” y “se descargan” de energía, y mantenerlos limpios tanto a nivel físico como energético ayuda a conservar su vibración y su poder. A continuación, te presentamos una guía práctica y sencilla para cuidar tus minerales con amor y conciencia
1. Limpieza física: conservar su belleza natural
El primer paso para el cuidado de tus piedras es mantenerlas limpias de polvo, grasa, sudor o residuos del ambiente.
Limpieza suave y sin productos químicos
La mayoría de los minerales pueden limpiarse simplemente con un paño seco o ligeramente humedecido. Para aquellos que no son porosos (como el cuarzo, la amatista o la turmalina), puedes usar agua tibia con unas gotas de jabón neutro. Enjuágalos bien y sécalos con un paño suave.
¡Atento! No todos los minerales pueden mojarse
Hay piedras que se dañan o se disuelven en contacto con el agua, como la selenita, la malaquita, la azurita o el yeso. Estas piedras deben limpiarse siempre en seco, usando un pincel suave o un paño seco de microfibra. Si tienes dudas, consulta la dureza y composición del mineral antes de mojarlo.

2. Limpieza energética: liberar la energía acumulada
Con el uso diario o la exposición a espacios cargados, los minerales pueden absorber energías densas. Limpiarlos energéticamente ayuda a que recuperen su vibración natural.
La mejor forma de todas es bañándote con tus joyas en el mar, un buen baño hará que se limpien y recarguen volviendo su brillo y su potente energía
Sal marina
Coloca tus piedras en un recipiente con sal marina (sin agua) durante varias horas o toda la noche de luna llena. Esta técnica es poderosa, pero no apta para minerales frágiles o porosos, ya que la sal puede dañarlos.
Humo de hierbas sagradas
Una de las formas más suaves y universales es pasar el mineral por el humo de hierbas como salvia blanca, palo santo o incienso natural. Esto ayuda a disipar energías negativas sin dañar la piedra.
Sonido
El sonido de cuencos tibetanos, campanas o mantras también puede armonizar la vibración de los cristales. Simplemente colócalos cerca mientras haces sonar el instrumento.
3. Recarga energética: devolverles su fuerza
Una vez que las piedras están limpias, es momento de recargarlas. Así se revitaliza su energía y se preparan para seguir cumpliendo su función contigo.
Luz solar
Algunos minerales se pueden cargar con luz solar directa, pero no todos la toleran. Cuarzos, citrinos o turmalinas suelen soportarla bien. En cambio, el cuarzo rosa, la amatista y el celestino pueden perder color si se exponen al sol durante mucho tiempo. Si eliges esta opción, que sea solo por unas horas al día.
Luz de luna
Dejar tus piedras bajo la luz de la luna, especialmente en luna llena, es una forma suave y eficaz de recargarlas. Déjalas toda la noche en el alféizar de una ventana o al aire libre (si el clima lo permite).
Enterrar en tierra
Otra técnica natural es enterrar los cristales en tierra limpia (puede ser una maceta o un jardín) durante 24 horas.
Esto ayuda a que se descarguen de energías acumuladas y se recarguen con la fuerza de la naturaleza. Aunque algunos minerales van a necesitar días, semanas o incluso meses para volver a su estado natural
4. Cómo almacenar tus minerales correctamente
Guardar los minerales adecuadamente también es parte de su cuidado. No solo evita que se rayen o dañen, sino que mantiene su energía equilibrada.
Espacios secos y ventilados
Guarda tus piedras en lugares secos, lejos de la humedad y del contacto directo con la luz solar prolongada. Puedes usar cajas de madera, tela o compartimentos individuales, especialmente si tienes muchas piedras.
Separar por tipo o función
Es recomendable no mezclar piedras con funciones muy distintas, por ejemplo, protectoras con estimulantes. Así evitarás que se neutralicen entre sí. También es ideal almacenar por tamaño y dureza, para que las piedras más frágiles no se rayen con las más duras.

5. Programar tus minerales con intención
Una vez limpios y recargados, puedes “programar” tus minerales para que trabajen contigo en un propósito específico. Esto no es indispensable, pero muchas personas lo consideran parte fundamental del proceso energético.
¿Cómo hacerlo?
Sujeta el mineral con tus manos, cierra los ojos y respira profundo. Luego, conéctate con tu intención: puede ser amor, protección, claridad mental, abundancia, etc. Mentalmente (o en voz alta) transmite esa intención a la piedra. Visualiza cómo se impregna de esa energía. Este acto refuerza tu vínculo con el mineral y potencia su efecto.
6. Uso en joyería: cuidados especiales
Si usas minerales en colgantes, pulseras o anillos, el contacto directo con la piel, el sudor o productos químicos (como perfumes o cremas) puede afectar tanto su apariencia como su energía.
Recomendaciones prácticas:
- Quita las joyas con minerales antes de ducharte, dormir o hacer ejercicio. - Evita el contacto con agua de mar o piscina.
- Guárdalas en bolsas de tela o cajas individuales para evitar rayones.
- Límpialas regularmente con paño suave y realiza una limpieza energética periódica
7. Escucha tu intuición
Cada mineral es único, y tú también. Algunos cristales pueden sentirse “apagados” cuando necesitan limpieza o descanso. Otros, al contrario, pueden vibrar con fuerza al estar cerca de ti. Aprender a sentir y observar estos cambios forma parte del vínculo que estableces con ellos.
Cuidar tus minerales no solo es una cuestión estética, sino también energética. A través de prácticas simples como la limpieza física, la purificación energética y la recarga, puedes mantener tus piedras en su máximo potencial. Estas acciones, además, te permiten conectar de forma más profunda con tu colección y con tus propias intenciones.
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Cuidar tus minerales es sencillo, pero esencial para que mantengan su belleza y energía. Siguiendo estos pasos, los acompañarás en su máximo potencial.